La importancia de mirar el pasado
“Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”.
Confucio
Todas las frases motivacionales sobre el pasado hablan sobre enterrarlo y dejarlo ser, si total ya no lo podemos cambiar.
Sin embargo, no pensamos en que la base de quiénes somos y lo que buscamos hacer en un futuro viene de por defecto impulsado por los momentos ya vividos, y tendemos a ser extremistas en este sentido. Extremistas porque o nos persigue como el cegador con su guadaña, o lo enterramos para que nadie pueda nunca verlo, de eso, hablaremos en este post.
Por ello, aplicamos el olvido selectivo: Eliminamos partes de nuestro pasado (y a personas que puedan ser parte del mismo) y recordamos solamente aquello que a nuestra conveniencia es práctico o útil para nuestros objetivos a futuro; y cuando alguien trata de hacer referencia a esos momentos o recordarnos, lo cancelamos, lo callamos o lo anulamos.
Olvidar el pasado no es solamente condenarnos a repetirlo, es también olvidar sus lecciones y volvernos más ignorantes, tontos y en muchos casos sumisos, la historia de la humanidad, y la personal, nos da suficientes datos para hacernos entrar en razón, y en vez de seguir a las personas que nos pueden sacar de problemas, decidimos caer en los mismos errores.
Y como gran problema de todo ello surge el gran error de código en nuestra mente: El sesgo de confirmación. Este error provoca que tendamos a aceptar más fácilmente ideas de personas en las que confiamos aunque no tengamos certeza si en realidad están siendo asertivos con sus propuestas o conocimientos, y sin ahondar más en esos temas, los damos por ciertos.
Esto nos hace caer en pseudociencias que nos hacen creer en soluciones mágicas, donde el reiki, la numerología o la astrología pueden influir (de manera sugestiva, y por ende real) en nuestras vidas. A pesar que hayan abrumadores datos de que estas ideas están erradas.
También cuestiones como el terraplanismo — del cual me tomaré el tiempo de hablar más en profundidad en otro momento — hacen que nuestra estupidez reluzca, pero eso no es nuestro tema de hoy.
El problema con suprimir nuestro pasado personal y evitar hablar de ello crea conflictos interno que nos producen inseguridades, dolor, miedo, desconfianza y otras muchas cosas que retumban en nuestras mentes y al final, derivan en cosas que son visibles a simple vista.
Antes de continuar, les pongo la historia de los dos hermanos:
“Dos hermanos gemelos fueron criados por un padre borracho. Uno de ellos se volvió alcohólico, cuando le preguntaron ¿qué pasó? contestó: “Mi padre me dio un mal ejemplo…” El otro niño creció y jamás bebió en su vida. Cuando le preguntaron el porqué, contestó: “Mi padre me dio un pésimo modelo a seguir…” Dos hijos, el mismo padre, dos puntos de vista diferentes.
Kirk Franklin- Siempre tienes una elección: ser víctima o ser sobreviviente.
Esta es la perfecta representación de que tenemos dos caminos a seguir: El bueno o el malo, y diferenciarlo (aunque a priori se vea fácil) es lo más difícil. Tenemos miedo de ir al psicólogo a contar nuestros problemas porque en nuestra sociedad es visto como “cosa de locos”, tenemos miedo de contar a amigos porque “es cosa de gente débil” y por ende lo más fácil dentro de nuestro miedo, es enterrarlos.
Esto provoca cosas como que nos volvamos bandidos, nos metemos en relaciones que nos destruyen, lo damos todo por gente que no nos aprecia y, al final, terminamos destruyéndonos y culpando a otros de nuestros errores, tratándonos de sacarnos la culpa de encima y auto convirtiéndonos en víctimas de una sociedad que no nos comprende.
Cuando decidimos contar al mundo y expresarlo, lo hacemos de una forma violenta y dura, que es irreconciliable con el contrato social del no me maltrates y yo no lo hago. Nos expiamos de la culpa a través de otros y el mundo de manera muy tajante y dura nos dice como bien diría el empresario de las peleas en spiderman: Is not my problem.
La respuesta a todo esto es tan liberadora, que al final cuando comprendemos la magnitud del daño y vemos lo realmente fácil que es, pensamos: ¿Por qué no lo hice antes?
Igualmente, existe gente que nunca en su vida se dará cuenta de la verdad, y vivirá auto-engañada hasta el final de sus días, y eso, es realmente triste.